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Ahora el Congreso pide instituir el

"Día Nacional de la Parrilla"

Un histórico vendedor callejero del microcentro porteño sigue ofreciendo diariamente pequeñas agendas de papel –que perdieron vigencia frente a los modernas formas electrónicas de archivar datos-, pero su slogan de batalla se hizo conocido mas allá de las fronteras donde ejerce su profesión.Nuestro héroe de la venta pregona una frase a los cuatro vientos: “En Europa no se consigue”, vocifera y le arranca una sonrisa a los transeúntes ocasionales. “En Europa no se consigue” podemos decir los argentinos refiriéndonos a nuestros legisladores. Porque no parece cosa de un mundo mínimamente racional, que en medio de la crisis y padecimientos por todos conocidos, en el Congreso Nacional haya circulado casi en silencio para no irritar a la ciudadanía “El Día Nacional de la Parrilla”.Mariano Federico West es un desconocido diputado del “Frente para la Victoria” que en tiempos de escasez de sentido común y excesos de cólera, presentó un proyecto de su autoría instituyendo al primero de octubre de cada año como “El Día Nacional de la Parrilla”. Pero el desatino o inoportunismo histórico (reconozcamos que en tiempos de bonanza y tranquilidad puede haber espacios para estos dislates) fue silenciado por el resto de los bloques legislativos, de los cuales ninguno alzó la voz para reclamar que el Parlamento se niegue a promover este tipo de homenajes extemporáneos no sólo en un país en el cual el aumento de la pobreza es cada vez más considerable sino que la crisis mundial no vaticina que soplen vientos de cola en la Argentina los próximos primeros domingos de octubre, cuando se recuerde –en un país con demasiados hambrientos.-“El Día Nacional de la Parrilla”. Así las cosas en un futuro muy próximo, se puede elegir la fecha del hundimiento del Titanic como “El Día Universal del Cubito de Hielo”. Dice Mariano Federico West en los fundamentos que “...La iniciativa (...) tiene por objeto otorgar el reconocimiento permanente del símbolo por excelencia de nuestra gastronomía: La parrilla”. Y agrega más adelante, sin avergonzarse en absoluto: “Nuestra tradición asadora debe ser protegida y promocionada a nivel nacional como una forma de rescatar la cultura y las costumbres de nuestro país”.
Voceros de prensa de Mariano West le comunicaron a este portal que el proyecto nunca fue tratado en el recino ni en las comisiones legislativas, y que su presentación fue parte de una iniciativa impulsada por organizaciones tradicionalistas de varias provincias.Más adelante sigue fundamentando su propuesta reproduciendo coplas de Atahualpa Yupanqui (quienes amamos la obra del gran folklorista argentino nos sentimos dolidos que se use con tanta frivolidad sus hermosos versos del “Payador Perseguido”) y en uno de los párrafos más desatinados el legislador menciona que “la celebración del Día Nacional de la Parrilla se vislumbra como una forma de mantener vivo el espíritu del asado”.Si el lector quiere saber por qué Mariano West propuso el primer domingo de octubre de cada año recordar tan sublime acontecimiento, va a tener que comprender un poco más la incomprensible idioscincracia legislativa de nuestros representantes. Porque el mismo West explica: “La elección del día propuesto no obedece a ningún hecho o hito histórico que la justifique en particular”. Tampoco se puede presumir que algún lobby de fabricantes de parrillas haya sido la cara oculta y conspirativa que animó a West a llevar adelante tal iniciativa..
Nuestro vendedor callejero, el héroe de las agendas de papel en tiempos de abrupta tecnología, no equivocó su frase de batalla y se la tomamos prestada para reconocer que legisladores como los nuestros... En Europa no se consiguen.

Fuente: minutouno.com