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martes, 7 de diciembre de 2010

Dormir bien sin “ayuda” de pastillas es posible

Por Valeria Chavez

Conciliar el sueño en los tiempos que corren puede llegar a convertirse en una misión imposible. Por más que el cansancio del año acumulado acuse recibo, hay para quienes apoyar la cabeza sobre la almohada es sinónimo de un devenir de problemas cotidianos al pensamiento.

Mónika Correia Nobre es instructora de meditación y aseguró a Infobae.com que “al final de un día lleno de tensiones y exigencias puede resultar difícil lograr un buen descanso”.

“Al apagar la luz e intentar conciliar el sueño pueden aparecer todas las frustraciones, las preocupaciones; la mente puede empezar a saltar entre el día que recién termina y el futuro y el cuerpo puede no parar de dar vueltas en la cama”, señaló al tiempo que destacó que “cuando la noche avanza y el ojo sigue despierto, incorporar algunas técnicas sencillas de relajación y respiración con prácticas de concentración a través de la meditación suele dar excelentes resultados para combatir el insomnio”.

En este punto cabe destacar que se entiende por insomnio tanto la dificultad para entrar en el sueño como el despertarse fácilmente y tardar en volver a conciliarlo. Otra forma de insomnio es el despertarse muy temprano, aunque este tipo de insomnio debe ser muy bien evaluado ya que sólo causaría problemas si la persona sufre cansancio o somnolencia con problemas para concentrarse e irritabilidad durante el transcurso del día.

“En ese caso hay que tener en cuenta la edad de la persona ya que el tiempo de sueño se modifica con el pasar de los años. Los niños duermen mucho más que los adultos y pasados los 50 es normal y no trae mayores inconvenientes que se disminuya algunos minutos por año el sueño medio habitual”, aseguró Correia Nobre, quien diferenció que “algunas personas tienen tendencia al insomnio ya sea por cuestiones de salud o por su química particular, pero el insomnio en general se presenta de manera ocasional durante algunas etapas de la vida”.

Entre las causas más frecuentes de insomnio, la especialista aseguró que hay muchas razones por las cuales se pueda poner difícil conciliar el sueño. “Por ejemplo, cuando estamos con un proyecto muy excitante o que demanda mucho de nosotros entonces nuestra mente no puede dejar de pensar en eso; cuando una cuestión emocional ocupa nuestros pensamientos y no podemos dejar de darle vueltas a la cosa, cuando estamos criando niños pequeños que interrumpen el sueño, o frente a situaciones de enfermedad familiar”, enumeró Correia Nobre, y destsacó que “casi siempre el estrés está metido en el medio”.

A veces los motivos del mal dormir tienen relación con el medio ambiente como ruidos molestos del tránsito o un compañero o compañera de cuarto roncador.

“Con la práctica de ejercicios de respiración y relajación podemos lograr relajar el cuerpo y llegar al estado ideal para el buen descanso –afirmó-. La práctica de la meditación permite lograr el estado mental propicio para el buen dormir”.

Tras asegurar que “lo más habitual en el insomnio es que la causa del mismo sea un mal uso de la propia mente”, Correia Nobre remarcó que “esto trae como consecuencia cansancio, tensión, nerviosismo, por eso es necesario incorporar herramientas de relajación y concentración”.

“La meditación nos da todo tipo de técnicas para ver qué pensamos, cómo es el ciclo de pensamiento y cómo dejar de pensar en eso que nos ocupa y nos distrae justo cuando queremos empezar a descansar. Una mente entrenada en técnicas de meditación trae a la conciencia un estado de paz mental y un bienestar físico general”, subrayó la instructora de la técnica.

Asimismo, recalcó que es elemental “conocerse bien y crear el entorno correcto para cada uno según sus tendencias”.

Así, para los que tienen un dormir liviano y lo que molesta es la luz, es mejor que no se filtre luminosidad al amanecer, si lo que molesta es el sonido, es mejor cerrar puertas y ventanas, es decir encontrar la manera de generar en el ambiente de descanso el máximo de confortabilidad según las necesidades de cada uno.

“Cuando se hace difícil dormir es mejor no quedarse en la cama dando vueltas mucho tiempo porque así aumentamos la tensión, dado es especialmente en ese momento cuando los ciclos de pensamiento negativo se retroalimentan y no proporcionan un estado saludable”, aconsejó y recomendó salir de la cama, hacer una serie de estiramientos, otra serie de respiraciones profundas y volver a acostarse.

“Siempre es bueno recordar que tenemos en nosotros mismos todas las posibilidades; al aprender nuevas formas y abrir nuestra mente podemos empezar a ver que es posible crear por nosotros mismos un estado distinto a este que no nos gusta”, reflexionó y finalizó: “Ese es el principio de una nueva relación, una relación más saludable y más plena con uno mismo y con el entorno”.

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